Historia versus Economía

Un académico contra el imperialismo económico

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Antonio Cabrales insultando a Mario Bunge

En NeG hace unos días reseñaron el libro del Profesor José Luis Ferreira (quien no quiso participar en un amigable intercambio de impresiones sobre epistemología hace unas semanas) Economía y Pseudociencia. En esta ocasión, el Profesor Antonio Cabrales, (el académico que gusta de publicar reseñas de su libro escritas por el hijo de 13 años de otro miembro de NeG, pero olvida comentar el detalle) tuvo la decencia de comentar que Ferreira es compañero y amigo suyo (creo que no hay nada sometido a más varianza en este universo que la honestidad de NeG). Esto es importante, porque hasta ahora todas las reseñas publicadas, excepto la de Juan Ramón Rallo, han sido elogiosas y escritas por amigos de Ferreira que olvidaron comentar este detalle en sus textos, como el Profesor Diego Moreno (éste se olvido incluso de decir que presentaba el libro) o el Profesor Juan Ignacio Pérez, el divulgador de la ciencia que no necesita una definición para la ciencia y consideraba que soy lego en la materia. En definitiva, rigurosa promoción académica propia de la ciencia de la buena.

No entraré en la valoración del libro. Todavía no lo he leído y estoy esperando poder mandar la reseña a alguna publicación especializada en Historia de la Ciencia, pero sí referiré el debate epistemológico que se desarrolló en Neg, ya que el Profesor Antonio Cabrales hizo gala de sus modales (estimado profesor, durante mi época de estudiante, trabajé en una discoteca y le puedo prometer que los porteros eran menos agresivos que usted y tenían más modales y educación. Se lo comento porque, si algún día se replantea cambiar de oficio, le aconsejo la banca de inversión, porque en ese sector sabrán hacer buen uso de su falta de empatía). Ante las críticas de Sopmac Leuman, que fueron editadas por NeG, Antonio Cabrales contestó:

Parece evidente que nos gusta copiar a los americanos en las barbaridades. Jorge tiene razón, hay ejemplos de otros campos. Un 40% de los americanos no cree en la teoría de la evolución porque contradice sus creencias en el significado literal de un libro sagrado. Y en algunos estados son mayoría y en las escuelas los profesores de biología tienen que enfatizar que la evolución es una “teoría” y que hay otras. Y cuando alguien, como mi coautor, el biólogo Steve Rissing, dice en público que es un disparate científico le acusan de querer evitar el pluralismo científico.
http://www.nytimes.com/2007/05/19/education/19board.html?pagewanted=print&_r=0
Algunos supongo que preferirían que nos dedicáramos a la exégesis de textos sagrados y, sobre todo, que nadie hiciera caso para seguir como siempre. Yo, mientras pueda, prefiero seguir enseñando la “teoría” de la evolución (con énfasis en “teoría”, no sea que vengan los censores de verdad y nos cierren el blog).

Es divertido ver la preocupación del Profesor Antonio Cabrales por si le aplican la censura a su blog, cuando ellos aplican sistemáticamente la censura a todo los que osan discrepar y, especialmente, si tienen buenos argumentos. ¿Estimado Profesor, algún día pedirán perdón por los insultos proferidos por Juan de Mercado en su blog contra Economistas Frente a la Crisis o por los insultos del Profesor Jesús Fernández-Villaverde a los historiadores españoles y la consiguiente censura a mis réplicas? Me temo que no, porque ustedes han asimilado que el camino hacia el éxito es el empujón y la violencia contra los débiles, que pisando las cabezas de quién está abajo y lamiendo el trasero del que está arriba se triunfa y, por eso mismo, forzarán su máquina ideológica hasta que todos asumamos que ese comportamiento sociopático es el óptimo social.  No obstante, Sarte, le replicó:

Antonio, tienes razón el creacionismo como el liberalismo económico son teorías acientíficas que se extienden con mucha preocupación, cuantas veces no hemos oido:

– la economía de un estado es como la de una familia, si te endeudas, tienes que recortar para pagar mejor tu deuda, o su versión sofísticada la teoría de la equivalencia ricardiana…

– el paro es resultado de los altos salarios, ya que se un salario más bajo crearía más empleo, al equilibrar entre empleo y cantidad el mercado. Ergo, Bajemos salarios para crear empleo

– en una economía sin posibilidad de depreciar la moneda, lo mejor es una devaluación interna de salarios, porque equivale a una devaluación del tipo de cambio…

No he leído el libro, ni he encontrado un índice más allá de reseñas generales, para conocer su contenido, pero seguro que tratará de este tipo de cosas, las que krugman llama la economía vudú,. no es así, Antonio?

Y la réplica del Profesor Antonio Cabrales fue: En realidad no. Tus prejuicios, asi como tu incapacidad para leer un libro, te delatan. Estimado Profesor Antoni Cabrales, ¿a quién delatan esas palabras? ¿A un peligroso agente comunista que merece ser denunciado a la DINA para que el debate científico pueda proseguir sin desagradables interrupciones? ¿Podría explicar usted sus palabras, porque a mí, como académico, me preocupan? No sé qué esquema mental tiene usted en la cabeza, pero parece propio de la Guerra Fría. No soy capaz de comprender qué significa aquí “delatar”, a no ser que usted se perciba a sí mismo como un espía, como un agente encubierto, que engaña a los demás para ganarse su confianza y después traicionarlos. ¿Está sufriendo un mecanismo psicológico defensivo de proyección de intenciones? Es muy propio de los sociópatas y paranoicos creer que los demás tienen sus mismas intenciones (cree el ladrón que todos son de su condición) y justificar de ese modo su propia patología. ¿Le ocurre esto? Tampoco veo los prejuicios, veo que Sartre discrepa de usted. ¿Es que ya han prohibido la discrepancia? ¿Es que usted determina qué es un juicio, qué es ciencia y qué es un prejuicio? ¿Cree que tanta soberbia y arrogancia es propia y adecuada para un académico? ¿Cómo tratará usted a un predoc o a un estudiante? ¿Puede la sociedad confiar en alguien así para concederle este tipo de responsabilidades? Sinceramente, después de ver que publicaba la reseña de un niño de 13 años, mi respuesta sólo puede ser: alguien así no merece ocupar, como mínimo, ningún puesto docente en una institución pública. Pero sigamos, porque Luis comentó:

Pues hablando de pseudociencias, el filósofo de la ciencia Mario Bunge (un hombre que además de ser filósofo tiene formación en una ciencia tan dura como la Física, por cierto) dice que la teoría económica estándar no es sólo una pseudociencia, sino que además es la más peligrosa, “porque sustenta las políticas económicas de los gobiernos conservadores y reaccionarios, que son enemigos del bienestar de la gente común”. La verdad es que hay cada vez más gente refractaria a las cosas que se dicen en sitios como este.

Y la respuesta del Profesor Antonio Cabrales fue: Da la sensacion de que Bunge decidio dedicarse a la filosofia porque es muy cansado demostrar lo que uno dice con la logica o los datos y prefiere dar rienda suelta a sus prejuicios sin el mas minimo rigor. Aquí es obvio que un prepotente ignorante como Cabrales no tiene ni idea de quién es Bunge. En su absoluto desprecio hacia la epistemología o el conocimiento en sí mismo, escribe esa tanda de idioteces sin rubor y reparo. Estimado Cabrales, Bunge ponía en aprietos a Popper y a Kühn. Inteligencia lúcida y profunda como pocas, hombre de honestidad, decencia y bondad inquebrantables, que sufrió y fue recto porque, como Kant, sabía que todo conocimiento implica un deber moral no merece ver cómo tu ignorancia y brutalidad se juntan con su nombre. Discrepo en muchos temas con Mario Bunge, él es un realista en epistemología y yo, en cierta medida, un constructivista, pero jamás osaría usar esa displicencia ofensiva con él. Para que se entere, Profesor Cabrales, Mario Bunge es rigor, por eso no es un economista que se cree un físico por usar modelos matemáticos y por eso sabe que la pretensión científica de la economía es un fraude. Pero el debate continuaba, Luis contestaba:

Bueno, Bunge ha escrito un poco sobre pseudociencia, es decir, que algo sí sabe del tema. No obstante, si alguien cree que Bunge no sabe suficiente Economía ahí está Joseph Stiglitz, cuyo capítulo 9 (“Reforming Economics”) de su libro “Freefall” es simplemente devastador. Y nadie puede negar que Stiglitz sí sabe algo de Economía.

Y respondía Antonio Cabrales: Efectivamente, Stiglitz sí que sabe algo. Tanto es así que su libro de texto, que aún sigue editándose, supongo que porque está de acuerdo con lo que dice ahí, es casi idéntico al de Mankiw! Luego, como es habitual en cualquier ciencia, hay discrepancias, algunas muy estridentes, que se van asentando sobre la base de la evidencia.

Su final de que hay discrepancias, algunas muy estridentes, que se van asentando sobre la base de la evidencia, es de traca. ¿Y usted es una autoridad en el campo de la economía? ¿Usted, que sólo sabe escribir payasadas cuando se trata de epistemología, puede ser capaz de desarrollar una investigación académica? Sinceramente, lo dudo. Si no sabes epistemología, no se puede investigar. Deje de repetir y copiar los métodos empleados por economistas más prestigiosos que usted con la falsa esperanza de que así hace ciencia y fórmese un poco. Y sea más respetuoso con los mayores, aunque, como imagino que Mario Bunge no es un jovencito que pueda defenderse, su credo moral justificaría incluso que lo asaltásemos para robarle la pensión, ya que eso maximiza nuestra utilidad marginal.

POSCRIPTUM (11/12/13): El debate Luis y Antonio Cabrales prosigue. Afirma el primero: Dicho de otra manera, que a Stiglitz le mueve la ideología. Lo que significa que a los no-críticos no les mueve ninguna ideología sino sólo la Ciencia (con mayúscula, obviamente). La triste verdad es que habrá que publicar muchos más libros como el reseñado para convencer a la gente de que no hay ninguna ideología detrás del mantenimiento de ideas como la ley de Say, que la economía tienda al equilibrio, que todo el mundo pueda ser simultáneamente exportador (o ahorrador) neto, la primordial importancia económica de asuntos tales como la legislación laboral o los costes de transacción o las teorías tradicionales sobre la formación de precios.

Responde Cabrales: No señor. Lo que digo es que Stiglitz está de acuerdo con el 99% de lo que decimos los economistas, a menos que en sus libros de texto publique cosas con las que no está de acuerdo. Y fíjese, no se que es la ley de Say, ni me importa mucho. Y es una tautología que no todo el mundo puede ser exportador neto, y me extraña que haya visto un disparate así en ese blog. Lea un poco de economía antes de criticar a los economistas, por favor.

Estimado Profesor Cabrales, un manual de economía es una simplificación de un enfoque teórico, la llamada ciencia económica, que es un reduccionismo. Es una obra de orientación para adquirir el instrumental conceptual necesario para entender y estudiar la realidad. No es la realidad, no es una verdad revelada, no es un dogma, no es la Biblia o el Corán. Sé que lo enseñan cómo si fuese un texto sagrado y que sus estudiantes lo memorizan de ese modo, porque veo lo que ocurre en las Facultades de Economía, donde licenciados en matemáticas que entraron en un departamento de economía enseñan ciencias sociales sin haber hecho o estudiado nada relacionado con las ciencias sociales. Por lo tanto, la coincidencia en esos manuales no prueba nada, pero que usted use esa coincidencia prueba que usted no tiene ni idea de epistemología, de Filosofía de la Ciencia o de cómo se investiga en las “Ciencias Sociales”.

SIRERA MIRALLES

Carles Sirera Miralles (València, 1981) is a Spanish historian and adjunct professor in the University of Valencia. His principal lines of research focused on the problems of the democratization in Europe, especially during the end of Nineteenth Century and the beginnings of the Twentieth Century. As social historian, he has wrote about the sports and sociability and his thesis, Un título para las clases medias, is one of the most completed and relevant studies on the subject of the secondary school in Spain. His intellectual influences are the Alltagsgeschichte school, Norbert Elias, Fritz K. Ringer and all historians who, although the limitations of our discipline, think that is possible reach some kind of valid, useful and interesting knowledge.