Historia versus Economía

Un académico contra el imperialismo económico

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Las torpezas de Garicano: su segunda reforma de la universidad. Primera parte

Luis Garicano es una persona de una ignorancia notable, aunque su formación como economista lo exonera de culpa, ya que su amor por la división del trabajo en pos de la eficiencia permite considerar la acumulación de conocimientos en otras áreas como una simple pérdida de tiempo. Sin embargo, resulta difícil comprender por qué un especialista no especializado en temas de política educativa escribe tanto sobre reforma educativa. Uno imagina que en Ciudadanos no tienen a nadie más que pueda ocupar este papel, pero después de leer el informe (http://estaticos.elmundo.es/documentos/2015/07/27/educacion_ciudadanosdos.pdf) es imposible que no tengan a nadie capaz de escribir mejor que Garicano. El texto, simplemente, es infumable y produce rubor de tanto lugar común y tautología vacua. Empieza de esta forma (pág. 2) definiendo el sistema del conocimiento:

El sistema del conocimiento (universidades, centros de investigación, etc.) contribuye al crecimiento y bienestar social de tres formas entrelazadas:  

En primer lugar, en formar un capital humano cualificado y generar y diseminar el conocimiento que posibilita a un país adaptar nuevas tecnologías, formas organizativas, etc.; es decir, desarrollarse como sociedad democrática avanzada en la sociedad global del conocimiento.  En segundo lugar, en enriquecer la sociedad del conocimiento, generando nuevas ideas y conocimientos. En tercer lugar, en permitir a España ser competitiva en la sociedad global del conocimiento, caracterizada por una gran movilidad de las ideas y las personas que las generan.

En primer lugar, entrelazar conocimiento, progreso material y democracia es simple wishful thinking u optimismo liberal. Puede quedar bien en un panfleto político, pero no son argumentos. El problema es que escribir enriquecer la sociedad del conocimiento, generando nuevas ideas y conocimiento demuestra que carecemos por completo de cualquier talento literario y, por lo tanto, nuestros manifiestos políticos sólo podrán producir carcajadas. Las que soltamos cuando volvemos a leer en la misma página:

Una ‘política del conocimiento’ también debe tener en cuenta otra ‘complementariedad’: todo conocimiento tiene retornos privados y sociales. Quien los adquiere mejora sus capacidades profesionales, sociales y humanas, es decir, hay un beneficio privado pero también un alto retorno social, dado que no solo se obtiene el conocimiento sin que su adquisicion implique detrimento para los demás (es no—rival), sino que es más fácil adquirir y desarrollar conocimientos cuando uno está en un entorno donde otros adquieren y desarrollan conocimientos parecidos. Es precisamente esta preponderancia del retorno social la que impide tratar el conocimiento como bien privado, para el que la asignación de mercado es eficiente. De hecho, esto ha llevado a muchos países no solo a reconocer la necesidad de apoyar con recursos públicos ‘el sistema del conocimiento’, sino a tratarlo como un ‘sector público del estado’ (en el peor de los casos, del gobierno). Esta injustificada identificación (servicio público = sector público) ha sidola opción predominante en la Europa continental en el Siglo XX.

Alguien debería explicar a Garicano que para cualquier persona que no haya sido formada en la Universidad de Chicago bajo la supervisión del economista demente Gary Becker el conocimiento es y ha sido siempre un bien público. Es más, a nadie excepto a aquellos que sufren de sus mismas patologías podría pasársele por la cabeza que el mercado es capaz de asignar eficientemente el conocimiento. En definitiva, que en la primera página de su informe Garicano ya ha logrado demostrarnos que es un economista ignorante completamente aislado del mundo en el que vive carente de cualquier estilo literario o atisbo de inteligencia. Es todo un record.

Por otra parte, Garicano considera que (pág. 3) La España democrática ha seguido el modelo europeo continental del ‘sistema público del conocimiento’ pero con importantes debilidades en comparación con Francia o Alemania, tanto en tradición científica y universitaria (la Ilustración fue una excepción pasajera en España) como en inversión pública. Es curioso ver este relato del atraso español para ahorrarnos hablar del franquismo, su represión (tener un tío abuelo ministro franquista sí importa) y nuestra transición a la democracia. Todo viene del siglo XVIII, no busquen culpables entre nuestros abuelos (Gari, cariño, léete de una vez mi paper y deja de hacer el ridículo cuando hablas de Historia de España: http://hhs.sagepub.com/content/28/3/51) De todas formas, ahora que tenemos identificada la causa del problema del sistema universitario español, podemos analizar sus propuestas para arreglarlo.

Lamentablemente, es una recopilación de quejas o lugares comunes muy propias de los cuñados que todo lo resuelven. La solución sería (pág. 7) Eliminando la omnipresente y estalinista burocracia universitaria, los mal llamados “controles y comisiones de calidad”, las infinitas necedades sobre la “innovación educativa”, etc. El actual sistema universitario es un ejemplo perfecto de sistema híper— regulado y, por tanto, muy poco eficiente. Las propuestas deben rebajar considerablemente el nivel de reglamentación e intervencionismo universitario en todos los campos: reconocimiento de títulos, desaparición de la mayor parte de las atribuciones de la desastrosa ANECA , medidas anti— burocracia, implantación de criterios ex— post frente a ex— ante, simplificación y “desbaremización” de la provisión de plazas de PDI , facilidades de intercambio, movilidad, completa internacionalización del PDI. He trabajado más de 10 años en la universidad y no sé exactamente qué es eso de la burocracia estalinista, más allá de una tontería escrita por un tonto. Por otra parte, llamar necedad a la innovación educativa es el típico exabrupto que el profesor que se cree inteligente te suelta en una de esas cenas en las que no has podido elegir el comensal que se sienta a tu lado. Por lo tanto, se me escapa de toda comprensión cómo Garicano ha podido incluir esa coletilla si su propósito no era buscar la astracanada y el aplauso de los machitos que siempre gustan de burlarse de la pedagogía y otras tareas propias de mujercitas. En pocas palabras, que a Garicano se le escapan con estos tics cierto trasfondo autoritario, machista y carpetovetónico (al final, tener un tío abuelo ministro franquista sí importa).

Sin embargo, resulta inexplicable que cargue contra la ANECA sin dar razones y argumentos. Es más, cuando los aporta están mal (pág. 10): Supresión inmediata de la actual ANECA como agencia de acreditación para las universidades públicas, salvo en la vía de la contratación permanente por las universidades y sólo si éstas así lo decidieran. Y, entretanto, modificación más urgente aún del baremo de 2007 y de sus manifiestas deficiencias. El párrafo es incomprensible: ¿la ANECA continuará como agencia de acreditación para universidades privadas?, ¿Qué son las vías de contratación permanente: contratado doctor o titular? ¿Cuál es el baremo de 2007 que debe modificarse y, más importante, cómo debe modificarse? Sin entrar a valorar que ya se han modificado varias veces los baremos de la ANECA. Finalmente, ¿qué son las manifiestas deficiencias? Sinceramente, esto no es serio ni propio de un profesor universitario y, menos aún, si lo es en la LSE.

No obstante, la parte más ilustrativa es su referencia a la “desbaremización” de las contrataciones. Es decir, eliminar cualquier garantía pública que a día de hoy existe y fomentar la barra libre y la discrecionalidad. No tengo dudas que así combatiremos la endogamia, como prueba la política de contratación de su querida y llena de amigos y colegas UC3M. Evidentemente, esto no es la solución, sino la causa del problema, pero esto lo trataremos con más detalle en las próximas entregas.

NOTA: Ahora soy profesor asociado en Teoría e Historia de la Educación por la Universitat Jaume I de Castellón. Ergo, un maldito experto en la materia con credenciales académicas, xD

SIRERA MIRALLES

Carles Sirera Miralles (València, 1981) is a Spanish historian and adjunct professor in the University of Valencia. His principal lines of research focused on the problems of the democratization in Europe, especially during the end of Nineteenth Century and the beginnings of the Twentieth Century. As social historian, he has wrote about the sports and sociability and his thesis, Un título para las clases medias, is one of the most completed and relevant studies on the subject of the secondary school in Spain. His intellectual influences are the Alltagsgeschichte school, Norbert Elias, Fritz K. Ringer and all historians who, although the limitations of our discipline, think that is possible reach some kind of valid, useful and interesting knowledge.